domingo, 8 de abril de 2012

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Hoy es domingo, y como llevo haciendo desde hace algún tiempo, toca resumen semanal. Hoy ha terminado la tercera y última semana de carga en vista al 10.000 del día 16, por lo que, grosso modo, el trabajo está hecho. Esta ha sido la semana punta de trabajo, o en otras palabras, la más dura.


#FondistaGordaco en su hábitat natural.
El martes fue el entrenamiento más duro de todo el ciclo, con 2x4000 a ritmo de competición, es decir, a 3:10 min/km.  A diferencia de la semana anterior, sí que pude acabar y además con buenas sensaciones. Los tiempos fueron 12:36 y 12:28, ligeramente por debajo de lo que tocaba. El miércoles fue un buen día. Quedamos para entrenar por la montaña de Penyeta y así de paso perdernos el último día de clase antes de pascua. Así pues, con la compañía de Víctor, Iñaki y Éric, nos fuimos un rato con la idea de rodar suave. Los cojones. Subimos una montaña que 
FondistasGordacos C.F. (5 titular)
no sería mucho más baja que el Everest y encima rápido. Claro, con mi enorme potencia y fuerza muscular, imagínense el espectáculo en las subidas. La bajada fue aún más divertida. Mientras  tus compañeros bajan como jodidas cabras las no poco empinadas cuestas de manera fácil y sencilla, tú vas cual abuela octogenaria dando pasitos y esquivando con gran pausa los innumerables accidentes geográficos de la puta senda por la que te han llevado. ¡Viva la plana baixa! Después de esto el día fue tomado por el espíritu del #fondistaGordaco. Daba la casualidad que en Penyeta hacían un mercadillo de comida y claro, uno no va a decir que no (de casualidad nada, uno va a lo que va). Después de comernos una furgoneta de dulces, jugamos un rato a fútbol, creando así el FondistasGordacos C.F. Cuando acabamos salió la frase mítica “No hay  huevos a ir al McDonald’s”, a lo que siguió la contestación de “¿Qué no hay qué?” y emprendimos el camino. Después de cumplir con la multinacional sonó el móvil de Iñaki. Eran los de clase, iban a comer a los 100 montaditos. Se me vino el mundo encima. Al final, Iñaki me convenció y nos fuimos hacia allí. Cuando acabamos, y con las arterias colapsadas, nos fuimos a casa. Al día siguiente y ya en Cartagena, tocó el otro entreno fuerte de la semana: 15x400 a 1’06, que a pesar del viento, salieron a ritmo.

Acabo la semana cansado y con un dolor detrás de la rodilla, fruto de los 400, que espero que no vaya a más. Con todo esto, mañana empezaremos la semana previa a la prueba, que a pesar de ser de bajada, también tendrá sus complicaciones.

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