sábado, 31 de marzo de 2012

El atleta y su mentalidad.

Grande. Aquel que no se rinde, aquel que sigue. Aquel que cuando cae consigue levantarse y más aún el que además consigue superar a los testigos de la caída. El dolor es lo que hace grande, por eso el atletismo es el deporte más grande. No será el deporte rey, pero si que es el rey de los deportes.A grandes deportes, grandes deportistas. Los más grandes son los que han sabido hacer imperios de sus derrotas, los que han sabido que las victorias no se les metan en la cabeza y las derrotas en el corazón. Porque como dijo un italiano, hay que mantener los pies en la tierra: si te caes caminado, te hieres; si te caes volando, te matas. Grandes atletas, grandes caminantes. Caminantes que siguen un camino al que solo ellos ponen el fin, solo ellos deciden donde acaba. No hay objetivos imposibles, solo personas que se cansan antes de llegar. Los caminos no se acaban, siempre podrás llegar más lejos, tu pones el límite. Cuando piensas que no puedes más, sigues corriendo. Y lo haces por que tu cabeza sabe que SI que puedes. Porque los grandes son aquellos que se enfrentan a las condiciones más adversas: salir a correr cuando haga frío, llueva o nieve.

El atletismo es más que un deporte, es una forma de vivir, una forma de pensar. Superar obstáculos, ser persistente, marcarte y llegar a unas metas, determinación. El atletismo hace personas. Saber como sortear situaciones, días en los que piensas que todas las fuerzas del universo se han alineado en contra tuya, días en los que las malas noticias se suceden, esos son los días en los que sale a pasear la mentalidad del atleta: mañana será otro día, el universo no puede alinearse dos veces seguidas. Porque en el atletismo no solo hay que superar obstáculos deportivos, esos son los momentos en los que la valentía, el optimismo y la determinación de un atleta empiezan a brillar. Mentalidad de atleta, mentalidad de ganador. Solo por el hecho de practicarlo diariamente, de cederle ese tiempo de tu vida, solo por eso, tienes la capacidad que otros no tienen. Capacidad de darte cuenta de las cosas, superarlas y arreglarlas. No fuiste tonto por no percatarte,  estabas equivocado. Ahora ya lo sabes, ya te has dado cuenta, aunque no sea fácil. Forzosamente, con dolor, pero ya te has dado cuenta. No eras un ignorante. Aprender de tus errores y saber gestionarlos, hacer que sean empujoncitos, pasitos hacia adelante y no impedimentos. Una linea mal puesta no va a poder conmigo.                                                                                                  

Así que,
cada vez que pienses que algo va mal,
cada vez que algo se tuerza
 y parezca no tener remedio
















                             
                                                  No te rindas, ¡levántate y lucha!











domingo, 25 de marzo de 2012

1 de 4

Se acabó la primera, quedan 3. Con el entreno de hoy se ha terminado la primera semana del microciclo, compuesto por 4 de ellas, preparatorio para el 10.000 del 16 de abril.

Comenzó la semana con el día de San José, posterior al último de magdalena. Imaginaros el resultado de ese entreno... antes de la mitad estaba ya en casa. A pesar del mal comienzo las sensaciones han ido a mejor y la semana ha terminado medianamente decente. El día de series salió bien: 2 x 3000 a 9:20 y 9:21, ligeramente por debajo de lo que tocaba (gracias al señor Víctor Ruiz, que se pica al final de las series ). El día clave fue el jueves: rodaje fuerte y luego 3 circuitos de pesas. El resultado no podía ser otro, TIESO. Al día siguiente me acordé del entrenador unas cuantas veces pero no plasmaré mis pensamientos, prefiero evitar la censura.  El resto han sido rodajes a velocidad "moderada" y cambios de ritmo, como los de hoy: 2 x 15' a 3:30 que han salido según lo previsto.

El cambio de entrenamiento se ha notado y mucho, pasando de poca carga (rodadas cortas) y mucha calidad (series rápidas) a un "kilómetros que no falten" que da gusto, es decir, rodadas largas y series a ritmos más lentos, pero de más duración. Todo esto para ir acostumbrando las piernas y la cabeza a estar mucho rato en acción. De momento se van asimilando bien los kilómetros y las piernas responden, que es lo principal. Esto es solo el comienzo y queda lo más duro. Aún quedan 3.

jueves, 22 de marzo de 2012

4 semanas

Próximo objetivo a 4 semanas vista. La siguiente gran cita de la temporada queda ya a menos de un mes. Ayer me reuní con mi entrenador y fijamos la fecha de la prueba, lunes 16 de abril. Ese día culminarán las 4 semanas de entrenamiento especifico para esa carrera, para ese control, para la prueba en pista más dura físicamente pero sobre todo psicológicamente: los 10.000m.l.. Una lucha contra el crono a 25 vueltas donde es importante llegar en buena forma física pero donde aún lo es más llegar con la cabeza bien preparada para ello: saber a qué te enfrentas, saber regular tus fuerzas y por encima de lo demás, saber llevar los 25 giros con la misma mentalidad, la mentalidad de seguir corriendo, de animarte a ti mismo y  de no caer en las garras del cansancio, de saber que tu puedes seguir manteniendo ese ritmo aunque las piernas digan lo contrario.  El siguiente dicho corresponde al maratón, pero es perfectamente aplicable a todas las pruebas de resistencia. "Los primeros 30km. se corren con las piernas, los siguientes 12 con la cabeza y los últimos 195m. con el corazón". La gente de la calle piensa que gana el que mejores piernas tiene. Los entendidos saben que la cabeza corre más. Motivación, determinación, capacidad de sufrimiento, confianza en ti mismo... ¿quién va a creer en ti si no lo haces tú primero?. Mentalidad de atleta, mentalidad de ganador nato.

La cuenta atrás ha empezado, 4 semanas de dura preparación para llegar en óptima forma a ese 16 de abril, el lunes con el que se da fin a las vacaciones de semana santa. Aunque ya lo tengo asumido, de todo menos vacaciones. El plan de entrenamiento hasta ese día ya está en mis manos. Habrá que sufrir. Y mucho. No podría ser de otra manera, el objetivo es claro: mínima mundial de la distancia, 31:30. No es cualquier cosa, y no será fácil llegar. Después de toda la temporada de cross, salgo con bastante fondo, solo falta dar el toque final y acostumbrarse al ritmo de carrera, 3:09 min/km. Para ello cuento con una gran ayuda, se llama Victor Ruíz; compañero de entrenamiento, gran atleta y mejor persona. Al igual que yo, intentará la mínima mundialista y además en la misma competición, lo que será un gran ayuda y motivación el día de la prueba. Pero lo más importante, y como ya he dicho, es compañero de entrenamiento. Eso quiere decir que compartiremos sufrimientos y que en los momentos difíciles, en las series, cuando la cabeza empieza ya a irse del sitio, siempre habrá alguien ahí que te de ese empujoncito, esa pequeña ayuda, ese granito de arena en cada entreno que, al final de estas 4 semanas, hace montañas. 

La palabra que es la clave del éxito, a cumplir en las próximas 4 semanas, no es otra, que DISCIPLINA. Constancia, sufrimiento, cuidarse... todo en una palabra. Quedan 4 semanas en las que, a parte del entreno diario, todo:  la alimentación, las horas de sueño, la mentalidad... ha de llevarse de la forma más eficiente posible. Porque cada pequeña molestia, cada pequeño error que cometas, irá acumulando segundos, y la carrera es muy larga. Los pequeños detalles, hacen grandes marcas. Quedan 4 semanas.

martes, 20 de marzo de 2012

De vacío

Se acabó la temporada, se acabó lo planeado. En este momento los compromisos importantes deberían haber finalizado, era tal y como estaba planificada en principio esta temporada. Puede que suene raro que a mitad de marzo se de por terminada el año de competiciones, ¿que pasa con el aire libre?. Muy simple, el viaje de graduación coincide con el campeonato de España de Avilés (23 y 24 de junio). Solo con el inicio de esta entrada ya se puede deducir por qué me decante hace ya 4 meses: después de la pista cubierta se acabarían los nacionales, no habría más competiciones importantes, Mallorca era la causa. Esto no quiere decir que vaya a parar de entrenar y que me dedique al gordeo profesional. Seguiré con mis sesiones e incluso haré algún control hasta junio, como si fuera una temporada normal pero sin competiciones de interés. Esto era lo que estaba previsto desde un principio. 

Pero ahora nos hemos plantado en la fecha acordada con todas las competiciones disputadas pero con el marcador a cero, sin nada. Esto si que no estaba en las previsiones, no estaba previsto que no hubiera salido ni una sola carrera decente. Después de llegar a Marina D'Or con molestias y hacer un discreto 25º lugar, del ridículo espantoso de Gijón y de la descalificación de San Sebastián, uno se pregunta para que ha estado entrenando desde septiembre. De las tres grandes citas no ha salido oficialmente ninguna actuación que  se corresponda con lo trabajado y con la forma en la que estaba y estoy. Llegados a este punto surge la cuestión moral: ¿seguir adelante y cambiar de planes, o dejarlo correr e intentarlo el año que viene?. Una temporada casi perdida, solo una marca, un 8:38 que es lo único que demuestra en los papeles lo trabajado este año. Esto no puede quedar así. No es permisible que me vaya de vacío después del año de trabajo bien realizado, después de lo sufrido y después de haber corrido lo que he corrido, no me hace ninguna gracia lo que ha pasado este año.

 No voy a decir que no es justo porque cada uno tiene lo que merece, todo cuenta, algo habrás hecho mal. Pero si que voy a decir que no se corresponde. Voy a seguir entrenando a full, de eso ninguna duda, y también intentaré mejorar con resultados este año, del que de momento, me voy de vacío. 

sábado, 17 de marzo de 2012

La maldición bajo techo

Cada atleta tiene sus manías, sus rituales, sus tabús. En mayor o menor medida todos tenemos ese punto supersticioso que, aunque no sepamos muy bien por y para que lo utilizamos, siempre está presente antes del entrenamiento, carrera o campeonato. Aunque no recordemos ya de que derivó esa manía la seguimos manteniendo, el mismo ritual de siempre. Y si algo sale mal miramos si todo lo hicimos correctamente, como siempre. Si es así, si todo fue habitual, y el resultado sigue siendo malo, entonces entra en juego la superstición. El atletismo, también  

En este paso me encontraba antes de asistir al campeonato de España de pista cubierta en San Sebastián, pero una vez superado dicho evento, la superstición ha pasado al siguiente nivel: la maldición. El caso al que hago referencia es al de los nacionales de pista cubierta. Nunca han sido mi especialidad los campeonatos bajo techo, es más, nunca he conseguido cuajar una buena actuación en este tipo de competiciones. La cosa empezó a pasarse de tono el año pasado en "El huevo" de Zaragoza. El campeonato de España prometía: llegaba a la carrera con la 3ª mejor marca de los inscritos, lo que aseguraba que tenía que estar arriba. Al final terminé 15º con un tiempo de 9:18 (llegaba a la carrera con 8:54), una de las peores carreras desde que corro y aún no se que produjo ese bajón. Al llegar a San Sebastián, sorpresa: 3ª mejor marca de los inscritos (8:38). Siendo de primer año finalicé 4º, todo un hito, una gran carrera, una de las mejores. Poner esto en la entrada no tendría ningún sentido si no fuera porque a la historia, le falta el desenlace. El artículo 163.3 me descalificaba, quitándome el 4º puesto y relegándome a la última posición, ya que fui el primero en cometer la inadmisible infracción. Entonces llegaba la sorpresa: la última posición era la 15ª. Un año después se volvía repetir la misma historia, idéntica. Siempre que he ido a un nacional bajo techo con la 3ª mejor marca he acabado en la 15ª posición.

 ¿Casualidad? ¿Estamos solos? Amigos de cuarto milenio, bienvenidos a la nave del misterio. Los datos son los que son; las interpretaciones corren a cuenta de cada uno. Todas distintas, todas igual de válidas. Lo que está claro es que, por unas cosas o por otras, la pista cubierta, es territorio hostil y así lo avalan los resultados. Sin duda, estamos delante de "la maldición bajo techo".

lunes, 12 de marzo de 2012

Artículo 163.3

Todos hemos tenido un día que dices "hoy, se han alineado todas las fuerzas del universo en contra mía". 

Se disputaba la primera jornada del campeonato de España junior de pista cubierta en San Sebastián, sábado. Todo era como debe ser una previa a una competición: no estreses, relajación y haciendo las cosas como siempre. Por la mañana un paseo por San Sebastián y después de comer, concentración en la habitación antes de ir a pista. 

En el calentamiento todo normal, buenas sensaciones, físicas y mentales: había que morir en el tartán. Antes de ir a cámara de llamadas, paso por la grada a recoger la mochila. Delante de ella y sin abrirla me vino a la cabeza un flash: no había metido los clavos en la mochila. Deseando que aquello fuera solo imaginación fruto de los nervios. La abrí, no estaban. No se puede describir la sensación que tuve en ese momento: a apenas 20 minutos del inicio de la prueba estaba sin zapatillas para correr la competición más importante de la temporada. La misión era encontrar unas zapatillas de clavos, de las de correr, de mi talla y que no estuvieran ocupadas; cosa que era complicado ya que todas las pruebas se disputaban justo antes o justo después de la mía. Después de un par de negativas me dirigí a cámara de llamadas donde encontré mi salvador: Pablo Olmedo que corría justo antes que yo. Le di un beso, joder que nervios. Cuando acabó me las dejó e inmediatamente salida a pista.

En la linea de salida estaba sin miedo a nada, no tenía nada que perder y, lo relacionado con la carrera del fin de semana anterior, las ganas de compensar tal despropósito deportivo, fueron los pilares de aquella motivación. Se dio la salida y me puse detrás "no presiones, la carrera es muy larga". Con solo la primera vuelta ya se pudo ver que iba a ser muy rápida. Durante toda la carrera me encontré muy bien, ningún dolor y pocos empujones. Hasta la mitad de la carrera me mantuve escondido, momento en el que decidí ponerme 3º, empezaba lo bueno. A falta de 1km se incrementó el ritmo pero no lo suficiente y falta de 700m., aparecí. Me veía bien, había que jugársela ¿a qué habíamos venido?. Si esperaba más el cambio sería muy fuerte y no tendría opciones, era la hora. Me puse primero y subí el ritmo, no se descolgaron y a falta de 400m. vino el cambio fuerte, esta vez por parte de Arthur Bossy. Me pasaron 4, intenté seguir a la cabeza pero no pude. Sin embargo, el que marchaba en ese momento 4º se vino a bajo y a falta de 300m. le di caza. En ese momento supe que tenía los deberes hechos, iva 4º de España siendo de primer año. La última vuelta fue todavía más rápida y faltó realmente poco para dar alcanzar al 3er. clasificado. La recta de meta fue para disfrutarla y de celebración y al cruzar la linea me tumbé en el suelo, nunca había hecho eso. No podía pedir más, estaba muy satisfecho con la carrera que había llevado a cabo. 

De vuelta a la grada hubieron felicitaciones, que felicidad. Allí le devolví las zapatillas a su dueño y me senté a ver el resto de las pruebas. Al cabo de 20 minutos fui a ver los resultados, quería ver mi 4º puesto y de paso el tiempo. Miré y en el 4º puesto no aparecía mi nombre "¿que es esto?". Seguí mirando y comprobé que aparecía en última posición. En el tiempo aparecía DS (163.3). Es decir, descalificado por el artículo 163.3. Enseguida fui a ver que era eso y me enseñaron el reglamento "Ha corrido por la línea interior de su calle en curva". Comencé a intentar recordar donde pude haberme metido por dentro y todavía sigo en la misma cuestión. Realmente era fácil pisar la linea ya que no existía ningún elemento (como las cuerda metálica) que sirviera de referencia. Y si a esto se le añade que en la final participan 15 atletas, el resultado no puede ser otro: roces, choques, empujones... Lo verdaderamente extraño es que se hayan descalificado a 4 atletas en una misma prueba, y más en una de fondo, donde la diferencia de tiempo debida a la invasión es prácticamente nula, y que en los últimos años no haya habido ni un solo caso de esta irregularidad. La mano dura de un juez que ha pretendido ser el centro de atención ha tirado por tierra los esfuerzos de 4 atletas que, sin cometer una infracción reseñable, se han visto fuera de la carrera. El juez que acompañaba a la expedición del Playas comentaba que "no tiene sentido, esto que han hecho no es correcto...". Después de escuchar esto y las explicaciones del juez ante la reclamación del playas ("tenemos que hacer esto porque es el espíritu de la norma"), solo queda un sentimiento: impotencia. Segundo esfuerzo en vano en 15 días: las dos competiciones más importantes del año y sobre las que se han basado todo el entrenamiento de la temporada, se han saldado con una pésima actuación y con una descalificación.

7 meses de preparación para esta carrera, desde septiembre, que dieron sus frutos y que fueron comidos por otros. La sensación con la que me quedo es que he ganado a los otros 11 atletas de forma totalmente legal y que ese 4º puesto ha sido mio, por mucho que las clasificaciones digan. Moralmente 4º, moralmente, 4º de España.


jueves, 8 de marzo de 2012

Mañana, San Sebastián.

Mañana empieza la verdad, mañana empieza el campeonato de España de pista cubierta. El que probablemente sea el más importante torneo de este año empezará mañana en la ciudad de la concha, San Sebastián.

Mañana nos subiremos a ese bus unos cuantos atletas con una misma ilusión, con una misma esperanza: estar en lo más alto. Todos lo pretenden, solo uno lo consigue; de ahí la grandeza de este deporte. Esfuerzo, sufrimiento, trabajo, constancia, humildad y un sin fin más de cualidades necesarias para cualquier persona que aspire a estar ahí arriba, se verán reflejadas este fin de semana en esa pista cubierta colindante con el mítico Anoeta. El que haya conseguido reunir y exprimir las cualidades antes mencionadas, solo el que haya sido capaz de ello, estará, a partir de este fin de semana, en ese estamento de privilegiados que graban su nombre en la historia de esta forma de vivir, de este deporte, el estamento de los campeones de España de atletismo. Tan solo 30 atletas tendrán el privilegio de unirse a esta clase deportiva, de los miles y miles que día a día invertimos tiempo y esfuerzo en esta disciplina. Mucho es el trabajo que se tiene que realizar pero ya se sabe "las mejores alegrías están detrás de los peores sufrimientos". Así de exigente y dura es la frase sobre la cual se rige el rey de los deportes, así es como se convive aquí y así es como consiguen los objetivos.

 Este fin de semana todos le plantaremos cara a nuestras aspiraciones, miedos y bestias negras. Este fin de semana se materializará todo lo que uno a trabajado, todo lo que uno ha sufrido. Este fin de semana 30 atletas serán privilegiados, 60 más serán burgueses y otros 336 seguirán trabajando desde la humildad y el anonimato, intentando algún día llegar a ver cumplido su sueño, a sentir ese dulce peso en el cuello. Mañana empieza el camino hacia la gloria o hacia la rutina.

Este va a ser el fin de semana, lo sé. Los últimos resultados no han ido acorde con lo preparado y a veces a sido originado por errores de principiante. Inadmisible, intolerable. Este fin de semana va a ser cuando explote. Demasiada rabia, tensión y ganas de demostrar se han ido acumulando en las últimas semanas. Se acabaron las tonterías. Puede que el resultado no se corresponda, pero esta va a ser la carrera, en la que al terminar, no pueda salir por mi mismo del tartán.

lunes, 5 de marzo de 2012

El día y la noche.

Hora de la verdad, es el momento de demostrar todo lo que uno vale, empieza el primer campeonato de España de individual, empieza, Gijón 2012. 

Por delante un viaje de casi 1000km que por gracia divina y primera vez, estaría partido en dos partes. La primera de ellas hasta Tordesillas, unas 6 o 7 horas de viaje que no fueron del todo aburridas. Al llegar allí reparto de habitaciones y después de cenar a afrontar el mayor reto del fin de semana: aprender a jugar al truc. A pesar de los esfuerzos, conseguí enterarme de mas bien nada, pero sirvió para reirnos un rato. Después de hablar un rato, a dormir, aunque tocó hacerlo en vaqueros. Al día siguiente tocaba acabar el viaje, otras 6 o 7 horas. Al llegar a Gijón vuelta de reconocimiento al circuito, donde ya se vio que iba a ser un barrizal. Por la tarde a gordear un poco y a dormir otra vez en vaqueros, que se le va a hacer. 

Llegó el día de la verdad y muchas ganas, confianza. Después de desayunar rumbo al circuito. Allí, pudimos comprobar lo que presagiábamos. La lluvia de la noche había convertido el trazado en una linea de fango que en algunas zonas requería de traje de neopreno. En el calentamiento algo no iba bien, me sentía inchado. Pensé que se me iría en el calentamiento pero no fue así, sino que iba a más. 

En la linea de salida lo tenía claro: la carrera es muy larga, tranquilidad en la salida. Así sucedió aunque se me fue un poco la mano. A la que llevaba 300 metros me giré y solo vi a los jueces poniendo las cintas que limitan el circuito en su sitio. Si, era el coche escoba. Empece a adelantar gente aunque el grupo era muy numeroso y era difícil progresar. Enseguida supe que el dolor de barriga no iba a cesar, tenía que aguantar los 7'5km que quedaban con eso. El dolor iba en aumento y ello no me dejaba imprimir un ritmo bueno, por lo que la gente empezó a pasar. Sabiendo ya que no podría hacer una carrera ni mucho menos decente y tampoco alcanzar a mis compañeros de la selección valenciana, me tomé la carrera como algo que tenía que acabar si o si. No valía el dolor, no valía el barro, no valía el sufrimiento. En la 3ª vuelta ya con 6km en las piernas vino el gran bajón. El dolor se incremento y estuve a punto de pararme, me puse a trotar. Entonces me vino a la cabeza por que estaba allí: habían confiado en mi, no podía pararme. No me había tragado 13 horas de viaje para llegar a la carrera y pararme. No había dormido 2 noches en vaqueros para nada. No, eso nunca. Solo una cuestión de orgullo, nada más. En cualquier otra circunstancia y carrera me hubiera negado a correr esos 8 km. con tal dolor sabiendo que tu posición no serviría de nada al equipo y que no habría recompensa alguna. Terminé la carrera como pude, y al final acabé en la 51º posición de 84. Deprimente. 

Enfadado con el mundo, me desentendí de todo y todos por unos minutos. Enseguida me di cuenta de que eso no valía para nada. Ya que la carrera no había sido buena, había que disfrutar de lo que quedaba del finde, es decir, de las 13 horas de viaje que quedaban hasta Castellón. La vuelta no estuvo mal e incluso se podría decir que fue corta. Al llegar a Valencia, despedidas. Después caí rendido. A la que abrí los ojos estábamos en Castellón. Eran casi las 6:30. 

Gijón 2012: El día fue la noche y al revés. Me quedo con que lo único malo de la competición fue eso, la competición.