Doce

Doce semanas después ya lo puedo decir "Se termino la primera parte de la trilogía". Doce semanas después ya puedo decir "descanso".  Pero sobretodo y doce semanas después ya puedo decir "objetivo conseguido". Nadie empieza el curso sin objetivo marcado, nadie empieza el curso sin decir "no me va a caer ninguna" o "voy a por el 7 de media". A este último grupo me sumé yo hace doce semanas, y doce semanas después me salgo de él.

Ya pasó el anterior año, en primero de bachiller. Empecé confiado, sin darme cuenta de la importancia de cada examen, de cada clase, hasta que finalmente llegó el tío del mazo en el primer trimestre. Este no perdona y se notó hasta final de curso. Dicen que de los errores se aprende. El nuevo curso empezó al igual que el anterior, sin hacer nada y dedicándome a otras cosas después de un verano movidito. Eso duró poco. Dicen que de los errores se aprende. A partir de ahí empezó un cambio que no hubiera creído de habérmelo contado hace doce meses. Estudiar diariamente se convirtió en algo habitual e incluso se dio el caso de no acudir al entrenamiento por llevar las materias al día, cosa que el año pasado no procedía de ninguna de las maneras. Tampoco era rentable, quedarse a estudiar después de cenar, cómo iba yo a hacer tal cosa... Un cambio que ha sido fruto de la determinación por alcanzar los objetivos marcados hace doce semanas y que hoy, doce semanas después, girarte es necesario para verlos.

Doce objetivos marcados un 20 de agosto: 9 asignaturas, 2 retos deportivos y un último que allí arriba se dijo y allí arriba se quedará. De esos doce objetivos, diez se han quedado atrás. De esos diez, nueve se han cumplido hoy, y además con nota. Aventajando por casi 1 punto al grupo al cual me sumé hace doce semanas, se puede decir que, tras mucho esfuerzo, dedicación y superación, "objetivo conseguido".