sábado, 2 de junio de 2012

Casi un embarazo de estrés

Empezamos hace casi ya 9 meses el que, como ya nos habían anunciado, iba a ser el año más difícil de nuestra vida, 2º de bachiller. Cuanta razón tenían.

Se acabó el verano y en pocos días había que hacer un cambio de mentalidad: olvidarse de los grandes momentos con los amigos, las risas y dejar de pensar en los 3 meses anteriores. Era hora de darle caña. Empezamos el curso con energía, asumiendo la carga de trabajo y llegando con cierta soltura a los controles. Además, en mi caso, el ritmo de entrenamientos aún no era excesivamente exigente. No pasaría mucho tiempo hasta que las cosas cambiaran. Hasta navidad, todo correcto. Las notas estaban saliendo bien, un 7'88 de media, y las competiciones también, aunque el cansancio ya se empezaba a notar a finales de año.

Pasadas las navidades empezó verdaderamente 2º de bachiller. Conforme avanzaba la segunda evaluación, las reservas de energía se acercaban a valores próximos a los negativos, sobretodo al final de esta. En ese momento, junto la primera mitad de la tercera evaluación, llegó el máximo. Fue en ese periodo de tiempo donde ya no podía más, había llegado al límite. Aparte de los estudios, el atletismo exigía mucho: tiempo de campeonatos de España y posterior preparación para el 10.000.  Todo esto derivó en un gran desgaste gracias al cual fue muy difícil llevarlo todo: días de acostarte a las 21:00h. de la noche, sin ganas ni siquiera de tumbarte al sofá después de cenar; semanas de no tener un solo segundo de descanso: llegar del instituto a las 15h., comer, estudiar y a las 17:30h. preparar las cosas para ir a entrenar para no volver hasta las 20:30h;  semanas de estar en clase medio muerto sin fuerzas para echarle una sonrisa a tu compañero de mesa que te acaba de hacer una gracia; llegar el fin de semana y decir que no a salir un rato con los amigos por no poder.

Ahora, y después de casi un embarazo haciendo bachiller, todo el esfuerzo del año tiene su resultado. Desde un primer momento decidí que este año me iba a tomar los estudios en serio, que no pasaría como el año pasado. Así ha sido. Anteayer llegaron las notas del curso: alegría. Media de 8'33. Más de lo que me esperaba, sin duda. Todo el trabajo del año ha tenido su resultado y ahora solo queda rematar un gran curso con el selectivo. Compañeros de clase, perdón por no haberos mostrado mi lado más amable.

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