Una gran parte de los chavales del pueblo, ante la novedad del acto, se inscriben y se plantan en la línea de salida. La gran mayoría nunca ha participado en una carrera. Otros, no han tenido aún ningún encuentro con el deporte. Pero nadie se echa atrás, todos quieren jugársela con sus amigos. Nervios entre los pequeños. En esto, Rubén es el jefe. Nunca puede parar, siempre corriendo a todos los sitios. Revoltoso como ninguno, puro nervio. Éste es el más pequeño de todos los de la carrera en estatura pero también de edad. Su padre se ha empeñado en que dispute la carrera ya que este ha sido corredor desde joven y quería enseñarle a su hijo este mundo. Junto a Rubén en la línea de salida, están algunos de sus amigos y familiares, como sus primos Jorge y Carlos.
A continuación la carrera (tono épico inicial para mayor emoción):
A raíz de esta carrera el padre del pequeño Rubén decidió apuntarlo, un mes después, a la escuela de atletismo de Castellón. A día de hoy, y 11 años después, el pequeño Rubén ya no va corriendo a todos los lados pero el correr le lleva a todos los lados. A día de hoy, agradece y mucho que su padre le enseñara ese mundo. A día de hoy, esa carrera amistosa e intrascendente se ha convirtió en el inicio de algo que sigue funcionando y que constituye el pilar más importante de la vida del niño, que hace 11 años, era el pequeño Rubén.
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