Pero ahora nos hemos plantado en la fecha acordada con todas las competiciones disputadas pero con el marcador a cero, sin nada. Esto si que no estaba en las previsiones, no estaba previsto que no hubiera salido ni una sola carrera decente. Después de llegar a Marina D'Or con molestias y hacer un discreto 25º lugar, del ridículo espantoso de Gijón y de la descalificación de San Sebastián, uno se pregunta para que ha estado entrenando desde septiembre. De las tres grandes citas no ha salido oficialmente ninguna actuación que se corresponda con lo trabajado y con la forma en la que estaba y estoy. Llegados a este punto surge la cuestión moral: ¿seguir adelante y cambiar de planes, o dejarlo correr e intentarlo el año que viene?. Una temporada casi perdida, solo una marca, un 8:38 que es lo único que demuestra en los papeles lo trabajado este año. Esto no puede quedar así. No es permisible que me vaya de vacío después del año de trabajo bien realizado, después de lo sufrido y después de haber corrido lo que he corrido, no me hace ninguna gracia lo que ha pasado este año.
No voy a decir que no es justo porque cada uno tiene lo que merece, todo cuenta, algo habrás hecho mal. Pero si que voy a decir que no se corresponde. Voy a seguir entrenando a full, de eso ninguna duda, y también intentaré mejorar con resultados este año, del que de momento, me voy de vacío.
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