martes, 14 de febrero de 2012

No hay rosa sin espinas

Esta tarde en la segunda serie de 3000 me he encontrado de frente con el coco de todo deportista. No habían transcurrido 50 metros y un pequeño pinchazo me sacudía el gemelo derecho. Pensando que no sería nada he continuado pero al comprobar que los pinchazos se sucedían he tenido que parar.

Enseguida he ido al fisio. Tras tocar un poco en la zona, veredicto: muy probablemente sea un rotura pero hay que esperar a la ecografía del jueves. A espera de ese resultado, reposo y nada de correr hasta ver lo que pasa ahí dentro.

Por lo pronto pierdo una semana de entrenamiento, la prueba de esfuerzo programada para el jueves y, dependiendo del resultado, el campeonato de España de campo a través por clubes. Una lesión que llega en el peor momento posible: cuando alcanzaba el máximo de rendimiento y a 5 días del inicio del periodo más importante del año, los 3 campeonatos de España.

Si no fuera rotura, nos la jugaríamos. Proteger bien el gemelo y salir en Marina d'Or, arriesgándome a que se repitiera la lesión, a hacerlo lo mejor posible para ayudar al equipo a llevarse el título y poder estar el año que viene en el europeo de cross.

Todo había ido sobre ruedas en esta temporada: grandes marcas, buenas actuaciones en cross... hasta que hace un par de horas apareciera este inesperado invitado. Sin duda, no hay rosa sin espinas.

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