jueves, 26 de julio de 2012

La olimpiada de las grandes marcas


Se esta corriendo mucho. No lo digo yo, lo dicen las marcas de los últimos años. El atletismo está pasando por una de sus épocas de mejor rendimiento, en especial en las calles de la pista. En este sector los registros en el conjunto de las pruebas han sido sobresalientes, con varios WR y unas mejores marcas mundiales del año que dan respeto pronunciar. Y no sólo a nivel internacional, sino también en nuestro país.
 El deporte evoluciona, y cada vez es más el capital que los sponsors inyectan a las diferentes especialidades por lo que la posibilidad de vivir del ejercicio se ha extendido a un número mayor de profesionales. Algunos se esfuerzan por poder llegar a vivir del deporte, la mayoría de ellos jóvenes, mientras que otros, que ya lo hacían, buscan un sueldo extra. Si hay interés de la banca, hay interés del deportista. Y esto, en el mundo del atletismo, se traduce en una mejora de marcas.
 Como ya hemos podido ver en el mundial junior de Barcelona, el nivel de los más jóvenes es cada vez más cercano al de la élite, lo que asegura una continuidad en esta época dorada de la pista a nivel mundial. Éstos son los que buscan algún día poder trabajar de atleta pero el alto nivel no hay que buscarlo en chavales de 18 años, sino en quiénes ya viven de esto, los profesionales. Dichos atletas son los que se ganan la vida a base de objetivos, y cuanto más importantes son, mayor es la recompensa.
 Grandes marcas como Nike, Adidas o Puma se han centrado en los últimos años en patrocinar individualmente a los atletas de mayor prestigio internacional, hecho que ha supuesto para este deporte un empujón considerable y al que el atletismo debe estar muy agradecido. Las multinacionales pueden permitirse pagar 100 o 200 sueldazos de atleta, lo que a supone un gran número de beneficiarios que tienen una motivación añadida y permite que año a año mejore sus registros. La gran ventaja de esta nueva forma de patrocinio es que el atleta elije las competiciones que más se ajustan a su plan de entrenamiento, sin verse obligado a participar en pruebas por equipos. Y hoy en día, los mejores del mundo, prefieren esta situación. Es entonces cuando aparecen los registros. Hoy vamos a fijarnos en los últimos 4 años, es decir, desde 2008 hasta la actualidad. Y lo que vemos, es simplemente fascinante:
Empezamos por los 100 lisos, donde se han batido 3 WR, todos de Bolt (9’72, 9’69 y 9’58). Además, se han realizado 9 de las 10 mejores marcas de siempre, siendo la restante el WR de Asafa Powell en 2007, 9’74. Tremendo.
En los 200, más de lo mismo, números que dan miedo: 2 WR de Bolt (19’30 y 19’19) y 9 de las 10 mejores marcas de toda la historia, colándose únicamente en el top 10 nada más y nada menos que el WR de Michael Johnson en el 96, 19’32. Bárbaro.
Los 400 es una de las pocas pruebas en las que no ha habido grandes registros, siendo la mejor marca el 43’75 de LaShawn Merritt en Pekín 2008, 19ª de la historia. De esto tiene gran culpa el récordman de la distancia, Michael Johnson, que tiene 11 registros por delante del estadounidense.
La siguiente prueba tiene un nombre propio: David Lekuta Rudisha el cual posee 6 de las 10 mejores marcas de la historia en los 800 metros lisos, todas hechas a partir de 2009. Dos de ellas, son récords mundiales (1:41’09 y 1:41’01) las cuales fueron realizadas en una semana, el 22 y 29 de agosto de 2010.
En las siguientes pruebas se puede ver un bajón en la calidad de las marcas con respecto a los mejores de siempre. La primera de ellas es el 1.500, en el que el mejor en los últimos 4 años ha sido Asbel Kiprop, el cual marcaba el pasado 20 de julio 3:28’88, siendo el 26º registro de todos los tiempos. Pero claro, esto se entiende cuando se cita como responsable a uno de los más grandes de la historia: Hicham El Gerrouj, con 13 de esas 25 marcas por delante del keniata.  Otra prueba sin mucho éxito en los últimos años es el 3.000 lisos, donde un aislado Yenew Alamirew corrió el año pasado en 7:27’16, a 7 segundos del WR y con 13 marcas por delante.
Con las dos siguientes pruebas llegamos a un punto de inflexión entre la debilidad de las anteriores y el gran éxito de las que siguen. Hablamos del 5.000, en la que en este año se ha corrido en 12:46’81 por parte de Dejen Gebremeskel ( a 9s. del WR) y en la que un junior de 18 años ha conseguido la 14ª mejor marca de la historia con 12:47’53; y el 10.000, donde el mítico Kenenisa Bekele corría en 2008 en 26:25’97, 4ª mejor marca de la historia.
En la media maratón nos topamos con otra estadística que asusta: 7 de las 10 mejores marcas de siempre se han hecho en los últimos 4 años, una de ellas es el actual WR, de Zersenay Tadese con 58:23.
Pero donde se demuestra el salto evolutivo en las pruebas de fondo es en el maratón. Lo que nos encontramos en esta prueba es un hecho sin precedentes y que da fe de la nueva era del atletismo. De las primeras 50 mejores marcas de todos los tiempos, 46 se han realizado en los últimos 4 años. Sin palabras. Dos de esos 46 registros son récords del mundo: 2:03’59 de Haile Gebreselasie y 2:03’38 de Patrick Makau. Lo del maratón es razón de estudio profundo.
Para acabar, en los 3.000 obstáculos, Kiprop Kipruto se quedaba el año pasado a 0’01 segundos del WR, con un tiempo de 7:53’64, mientras que la revelación de este año, Paul Kipsele Koech, marcaba 7:54’31 a finales de mayo. Eso en Londres vale un mejor registro de la historia.
En el ámbito nacional también se han hecho grandes marcas. En velocidad, Ángel David Rodríguez corría en 2008 los 100 lisos en 10’14 para hacer récord nacional,  mientras que en medio fondo, el joven Kévin López desbancaba a Antonio Reina del puesto de récordman de 800, corriendo hace menos de una semana en 1:43’74. En fondo, Sergio Sanchez hacía 2 récords de Europa de pista cubierta en 3.000 y 2.000 metros lisos (7:32’41 y 4:52’90) y Alemayehu Bezabeh se coronaba como mejor español de la historia en 5.000 al correr en 12:57’25 hace dos años.
De todo esto se puede sacar una conclusión: los extremos están en auge. La velocidad y el fondo puros se llevan casi todos los últimos récords mundiales y mejores marcas de siempre. Pero lo que está claro, es que si las grandes marcas intervienen, las grandes marcas salen.

martes, 24 de julio de 2012

La fe en Bolt

El invencible en el punto de mira. Quien lo iba a pensar hace 3 años cuando el rey de la velocidad del momento se convertía en el hombre más rápido de la historia. Usaint Bolt, de 22 años, batía el récord mundial del hectómetro en posesión de su compatriota Asafa Powell con una facilidad y superioridad que a todos nos hacía preguntarnos hasta donde iba a poder llegar este nuevo concepto de velocista. Más tarde, ese 9.69 dejó atónito al mundo entero y consagró al jamaicano de 1'95m. de altura como rey absoluto de la velocidad pura, nadie le hacía sombra.
Al año siguiente, en 2009, llegó uno de los momentos cumbre de la historia del atletismo y uno de los acontecimientos deportivos que más desconcertó a opinión pública y expertos en la materia. Durante los mundiales de Berlín, Usaint Bolt demostró al mundo entero que los límites fijados por el conocimiento del hombre pueden ser franqueados, dejando las previsiones más optimistas de los entendidos en ridículas expectativas. En la final de los 100 metros lisos más rápida de la historia, el genio biomecánico del S.XXI conseguía parar el crono en 9.58. Todo calificativo, expresión o comparación era insuficiente. Aquello que acaba de hacer ese chaval era inexplicable: más de una décima de segundo más rápido que su anterior récord de hacía tan solo un año. Sobrehumano. Pero para alegría del atletismo y del planeta, Bolt tenía otra de las suyas preparada. 4 días después, en los 200 metros lisos, volvía a dejar atrás cualquier previsión, marcando 19.19 y dejando el récord del mundo del mismísimo Michael Jonshon en un registro más propio de un entrenamiento.

Era el intocable, el invencible, el nuevo hijo del viento, insuperable, leyenda viva. Usaint Bolt, el triple campeón olímpico y récord del mundo parecía no tener límites ni rival. Cualquiera lo pensaba hasta que otro joven, también jamaicano, empezó a sembrar dudas marcando unos estratosféricos 19.26 en la media vuelta a la pista, el mismo año 2011 en el que Usaint no lograba bajar de 19.40. Ahora, aún con 22 años, ha conseguido algo que mucha gente creía improbable: ganar a Bolt a un mes de una gran cita. Y además, por partida doble. En los trials de Jamaica clasificatorios para los Juegos Olímpicos de Londres, Yohan Blake pasaba por encima del gigante Bolt con un tiempo de 9'75, batiendo el récord de la pista de Kingston y convirtiéndose en el cuarto hombre más rápido de la historia. Bolt paró el crono en 9'86. Un mundo. Dos días más tarde, Blake volvió a desbancar a su compañero, esta vez en los 200, logrando la mejor marca mundial del año con 19.80, mientras que Bolt se quedó en 19.83. Aquí la ventaja fue menor, ya que en esta prueba el factor altura que tanto achaca Bolt en la salida, es un punto a favor en la recta, donde se traduce en una mayor amplitud de zancada. Esto marcará las diferencias.
Sendas derrotas de Bolt han tenido menos repercusión de la que deberían. Todo el mundo cree que al final ganará, lo que le ha pasado es un desliz, cómo va a perder Usaint Bolt. La gente no se da cuenta que un atleta ha sido mejor que él, derrotándole en dos días distintos, por lo que el factor descuido es muy difícil que se haya dado. El nombre de Usain St. Leo Bolt es tan grande que impide  ver con claridad el panorama deportivo tal y como es: hay un hombre, Yohan Blake, que ha sido reiteradamente superior a otro, Usaint Bolt. Este último nos ha dejado tan marcados e impactados que no creemos posible que haya otro humano que en las mismas condiciones sea más rápido que él. Incluso algunos dijeron que  se había dejado ganar... Éstos no han sido atletas.
Bolt no está en su mejor versión pero tampoco está mal de forma. No está siendo el Bolt de Pekín o Berlín, el Bolt de la superioridad indiscutible, pero marcó 9.76 en Roma a finales de mayo. Eso hace 5 años sería WR. La causa de esta "decadencia" de Bolt tiene que ver en parte con una escoliosis en la parte inferior de la espalda, la cual afecta a su rendimiento y a la carrera, sobretodo en la importante fase de erguir el cuerpo en la aceleración. Este problema ya está en manos de un médico alemán, el cual afirma, para alivio del espectáculo y de los aficionados a la buena competición, que estará listo para Londres. Ojala sea cierto.
Lo único seguro es que el próximo 5 de agosto a las 22:50, el mundo se parará, y perderá poco menos de 10 segundos de su vida en dirigir una mirada hacia el estadio olímpico de la capital del Támesis para ver la que se prepara como la final de los 100 metros lisos más rápida de la historia. No sabemos si estará Bolt, o Blake, o Gay, Powell, Gatlin, Bledman, Ashmeade, Frarter... El atletismo es un misterio, no siempre ganan los mejores. Pero sí hay candidatos. Y Blake ha conseguido ser el favorito real al oro olímpico, sobretodo en el 100, aunque la multitud, las casas de apuestas y fieles a Bolt, digan lo contrario. Los hechos están ahí, al igual que las marcas. Otra cosa es hacer la vista gorda y preferir tener fe ciega en el dios de la velocidad.