jueves, 28 de junio de 2012

Avilés

Llegaba con un punto de esperanza, pero ya se sabe, esto solo es una sensación y no siempre tiene por qué ser honesta.

El lunes anterior al campeonato un último entrenamiento de calidad me hacía pensar en hacer una actuación digna. Un 2.000 a 5'51 haciendo la última vuelta en 1'03 y un 1.000 a 2'43 me hacían verme bien de cara al domingo por la noche después de un mes sin hacer nada serio. Pero las cosas no fueron igual el último día de esa semana.

En el calentamiento ninguna sorpresa ni mala sensación, todo en orden y, sinceramente, me encontraba en condiciones. En cámara de llamadas un espera más larga de lo normal nos ponía más nerviosos si cabe. Al chafar la pista con los clavos pudimos comprobar que era bastante dura, una pista rápida. Línea de salida.

Pistoletazo y primeros compases de carrera muy lentos, en los que no faltaron los roces. Para quitarme de líos, me coloqué en la última posición del grupo, a espera de que la carrera se pusiera seria. Antes de llegar al primer kilómetro, un atleta se desmarca y el grupo, en un principio, no reacciona. Si lo hizo un poco después el atleta marroquí Houssame, que corría fuera de concurso y que tenía la mejor marca de los participantes. A partir de ahí, corrió en solitario y el grupo dejó que se fuera, ya que no optaba a medalla por ser extranjero. Cuando se pasó el primer kilómetro el ritmo subió y ahí empecé a ver realmente como estaba: mal. Me costaba seguir el ritmo del grupo y me quedé descolgado, y así hasta el final de carrera, poco más que decir.

Al final, 13º de la carrera y 10º del campeonato de España, lejos de la 5ª posición que ocupaba mi marca entre los inscritos. Ciertamente, tampoco me sorprende, después de toda la temporada y del mes de prácticamente inactividad, ya es bastante con haber podido competir y no haberme roto, ya que el gemelo derecho también dio muchos problemas en la carrera. Pero en suma, contento de haber terminado ya la temporada y pensando en la próxima, 2º año de junior, donde realmente hay que hacerlo bien.

Por el momento mi entrenador me ha dicho que siga entrenando hasta mitad de julio pero a menos nivel.

El año que viene va a ser grande.

martes, 19 de junio de 2012

Hay luz

El atletismo, como todo deporte, te da decepciones y alegrías. En algunos de ellos, estas pueden venir dadas, aparte de las sensaciones del deportista, de aspectos subjetivos que cada uno pueda valorar, sin dejar de lado la actuación propiamente dicha. Pero el atletismo no entiende de opiniones, sólo de números. . Esta frase me la dijo una persona muy importante para mí y no se me va a olvidar nunca " El atletismo son matemáticas". Y hoy, han salido las cuentas.

Un mes. Ese es el tiempo que ha durado la oscuridad absoluta, sin poder hacer ningún entrenamiento de calidad y ni siquiera alguno decente. Un mes demasiado largo y en el peor de los momentos, justo antes del nacional. Pero por otra parte era inevitable, demasiadas cosas. Además del bajón producido por el 10.000 también ha tenido que ver el selectivo. Una mezcla poco aconsejable para la preparación de importantes competiciones.

Un test, un termómetro de cara al nacional que prometía ser una catástrofe de manual. Así era como se presentaba la sesión de series de hoy, una sesión que era la primera desde hacía más de 30 días y que venía precedida de una semana no muy halagüeña. Pero hoy, en el primer entrenamiento nublado y lluvioso desde hacía meses, un rayo de luz se ha dignado a aparecer. 

Un 2.000 y un 1.000 que han sido un gran sufrimiento y gozo. He corrido como hacía tiempo que no corría. Me he sentido como hacía tiempo que no me sentía. Y he sentido algo que nunca había sentido: ganas de gritar de alegría después de un entrenamiento. Por supuesto, no he podido. Me hubiera ahogado. 

Ilusionado, contento, feliz, ansioso, con ganas, concentrado, decidido... bendito rayo de luz entre la lluvia. Parece que el domingo podré estar medianamente en condiciones de dar guerra. Avilés 2012: quedan 6 días.

viernes, 15 de junio de 2012

Decisión equivocada

No acerté. Ahora, a una semana del campeonato de España y un día antes de que la generación del 94 invada Mallorca, puedo decir que la decisión que tomé no ha sido la mejor.

Allá por el mes de marzo decidí, motivado por el buen estado de forma, correr en vez de beber. Me decante por la carrera, creyendo que tendría posibilidades, y así hubiera sido si hubiera mantenido la forma de por aquel entonces. Pero ahora las cosas han cambiado mucho.

Más de un mes sin poder entrenar bien, casi como si hubiera estado parado, ha hecho que ahora este mal físicamente. A una semana del campeonato de España, donde tendría que estar en la pomada, me encuentro con que aún no he empezado a prepararlo y que, salvo recuperación milagrosa e inmediata, llegaré muy mal a la cita, sin ni siquiera poder llegar a ser competitivo. No será agradable correr esa carrera, pero ya que por ella se ha sacrificado una semana que queda para toda la vida, una semana de diversión y de liberación de tensiones, me veo obligado a dejarme la piel en la pista.

A día de hoy, y espero dentro de una semana saber que me equivoqué en decir esto, digo que la opción mas rentable no ha sido la que he elegido. Ahora mismo, no estoy en condiciones de participar en ninguna carrera, y ni mucho menos en la más importante de la temporada. Si hoy me pusieran las dos opciones sobre la mesa, no haría falta ni nombrar una de ellas. Arriesgué, me la jugué en escoger el campeonato, en el que nunca se sabe si conseguirás el éxito, en vez de optar por la opción de fiesta asegurada. No haber ido a Mallorca y no recoger beneficios de aquello por lo que aposté es algo que me ha sido una desilusión. Aunque con el año que llevo debería haberlo previsto.

Seguro que todos los que van a viajar pasan una semana disfrutando. Yo solo espero que las piernas dejen disfrutar de mi viaje. 7 noches, 6 días, con inicio en el sábado 16 y fin el sábado 23: semana loca y sin pausa de entrenamientos y preparación del campeonato nacional. Pocas palabras se diferencian con la otra opción.

Suerte a los de la otra opción en la isla. Se queda en tierra aislado, un tipo con suerte que se equivocó de opción.

martes, 5 de junio de 2012

Todo a una carta

Solo habrá una oportunidad. Nada de ensayos ni puestas a punto. Será un directo. No hay otra solución: la próxima competición será el campeonato de España en Avilés, el 23 y 24 de junio.

En todos los deportes, y en especial en los de resistencia, existe una línea que marca el territorio del sobrentrenamiento. Si arriesgas y fuerzas, puedes pasarte de frenada y entrar en sus dominios. Entonces estás perdido. Pues bien, yo empecé a frenar cuando estaba a la altura de esa linea: hostia terrible. En términos reales, esa "hostia" se ha traducido en una bajada del rendimiento y de la capacidad física repentina, lo que en el atletismo se dice pinchar. Cuando estás pinchado ( o quemado) es como si hubieras retrocedido a principio de temporada: no vas ni cara al aire.

Esto es lo que me ha pasado, aunque ya me voy acostumbrando, ya que este es el tercer año consecutivo que en el mes de mayo pego este bajón, siempre producto de la larga temporada, que da comienzo a finales de agosto. Pero este año el pinchazo ha sido más duradero, probablemente por su origen, el 10.000 del mes pasado. El caso es que a falta de poco mas de dos semanas del campeonato nacional, estoy bajo mínimos y sin poder hacer nada de calidad, sin poder exigirle al cuerpo. Para ver si existe mejoría, mañana mismo realizaré una analítica y en base a ello, decidiremos qué hay que hacer.

Si sumamos todo esto nos da 1: el número de competiciones que se pueden hacer decentemente con las pocas reservas que me quedan. Esto significa que adiós a los controles en pista y al autonómico individual. Nada. Ni una sola prueba para volver a tener contacto con la competición, ni un solo control que mida el estado de forma o las posibilidades de cara al 24 de junio. Será lo menos aconsejable pero la única posibilidad de llegar bien al campeonato. Y quién sabe si lo conseguiremos.

Lo único seguro es que tanto mi entrenador como yo estamos convencidos de que vamos a llegar, y que con esa mentalidad, junto a la paciencia y al trabajo bien hecho, llegaremos a la cita en el mejor estado de forma que el cuerpo permita. Solo queda saber, en qué posición es capaz de llegar ese estado de forma.

sábado, 2 de junio de 2012

Casi un embarazo de estrés

Empezamos hace casi ya 9 meses el que, como ya nos habían anunciado, iba a ser el año más difícil de nuestra vida, 2º de bachiller. Cuanta razón tenían.

Se acabó el verano y en pocos días había que hacer un cambio de mentalidad: olvidarse de los grandes momentos con los amigos, las risas y dejar de pensar en los 3 meses anteriores. Era hora de darle caña. Empezamos el curso con energía, asumiendo la carga de trabajo y llegando con cierta soltura a los controles. Además, en mi caso, el ritmo de entrenamientos aún no era excesivamente exigente. No pasaría mucho tiempo hasta que las cosas cambiaran. Hasta navidad, todo correcto. Las notas estaban saliendo bien, un 7'88 de media, y las competiciones también, aunque el cansancio ya se empezaba a notar a finales de año.

Pasadas las navidades empezó verdaderamente 2º de bachiller. Conforme avanzaba la segunda evaluación, las reservas de energía se acercaban a valores próximos a los negativos, sobretodo al final de esta. En ese momento, junto la primera mitad de la tercera evaluación, llegó el máximo. Fue en ese periodo de tiempo donde ya no podía más, había llegado al límite. Aparte de los estudios, el atletismo exigía mucho: tiempo de campeonatos de España y posterior preparación para el 10.000.  Todo esto derivó en un gran desgaste gracias al cual fue muy difícil llevarlo todo: días de acostarte a las 21:00h. de la noche, sin ganas ni siquiera de tumbarte al sofá después de cenar; semanas de no tener un solo segundo de descanso: llegar del instituto a las 15h., comer, estudiar y a las 17:30h. preparar las cosas para ir a entrenar para no volver hasta las 20:30h;  semanas de estar en clase medio muerto sin fuerzas para echarle una sonrisa a tu compañero de mesa que te acaba de hacer una gracia; llegar el fin de semana y decir que no a salir un rato con los amigos por no poder.

Ahora, y después de casi un embarazo haciendo bachiller, todo el esfuerzo del año tiene su resultado. Desde un primer momento decidí que este año me iba a tomar los estudios en serio, que no pasaría como el año pasado. Así ha sido. Anteayer llegaron las notas del curso: alegría. Media de 8'33. Más de lo que me esperaba, sin duda. Todo el trabajo del año ha tenido su resultado y ahora solo queda rematar un gran curso con el selectivo. Compañeros de clase, perdón por no haberos mostrado mi lado más amable.